
Otoplastia
La otoplastia o cirugía estética de orejas es una intervención menos conocida o que se comenta poco, pero que hoy en día se realiza con bastante normalidad, hasta tal punto que resulta extraño encontrar alguna persona joven con las orejas en asa o de soplillo. El Dr. Juan Martínez Gutierrez explica en qué consiste.
La otoplastia o cirugía estética de orejas es una intervención quirúrgica que permite corregir deformidades como las orejas prominentes o despegadas, orejas en copa o contraída, podemos corregir el lóbulo de la oreja, e incluso se puede crear una nueva oreja cuando el paciente nació sin ella o la perdió como consecuencia de algún traumatismo.
A diferencia de otros tratamientos de estética, la otoplastia permite intervenir a pacientes menores de edad, dado que el desarrollo de las orejas es mucho más temprano; posibilitando además que los niños o adolescentes no sufran complejos o situaciones de acoso escolar.
Tanto hombres como mujeres pueden sufrir este tipo de complejos a todas las edades, quizás ellas suelen tener más facilidad para esconderlas o disimular, pero cualquiera que tenga el pelo corto tiene que aceptar su aspecto y las posibles burlas, o bien pedir cita para una otoplastia para solventar el problema.
Desarrollo de las orejas
Nuestras orejas están compuestas por una membrana muy fina, un cartílago elástico que soporta todos los vaivenes que le damos cada día, al ponernos y quitarnos la ropa, cuando nos damos algún tirón o un golpe, o cuando nos acostamos dejando la oreja en una mala posición.
Su naturaleza flexible a lo largo de la vida es una ventaja, pero durante el desarrollo puede ser el origen de todos los problemas, ya que si un recién nacido tiene un cartílago demasiado flexible su oreja es posible que no tome la forma adecuada, dando lugar a algún tipo de deformidad como las orejas de soplillo.
Durante las primeras semanas de vida se puede realizar algún tratamiento para conseguir la posición adecuada de forma natural, sin embargo pasados un par de meses tras el nacimiento la oreja adopta su forma y comienza su crecimiento, por lo que no es el momento de intervenir, conviene esperar y operar cuando el niño tiene al menos entre 6 y 8 años, en ese momento la oreja se sigue desarrollando pero está terminando el proceso.
Cuándo realizar una otoplastia
Entre seis y ocho años sería el límite para realizar una otoplastia a los pacientes más jóvenes, de ahí en adelante no hay límite, uno se puede operar cuando lo desee, disfrutando además de un resultado inmediato y permanente.
Cuando el tratamiento requiere intervención quirúrgica, el Cirujano Plástico emplea un instrumental clínico adecuado con el que poder dar forma al cartílago y suturar con precisión para conseguir un resultado natural y simétrico. En lo que se refiere a cicatrices, éstas quedan ocultas en los pliegues por lo que no son visibles.
Normalmente suelo emplear la técnica de Mustardé, donde la ventaja es que no se necesita hacer cortes en el cartílago para remodelar las orejas, haciendo que la otoplastia sea menos molesta y con postoperatorio más suave.
Otra intervención sencilla y bastante frecuente es la lobuloplastia para reducir los lóbulos de las orejas, un operación indicada para aquellos pacientes a los que se le descuelga por el paso del tiempo, el uso de pendientes o por algún trauma.
Este tipo de “arreglos” se suelen combinar en rejuvenecimientos faciales, ya que un lóbulo sin tensión o alargado sería un signo claro de envejecimiento y estos pequeños detalles pueden marcar la diferencia a la hora de conseguir el aspecto que deseamos.
Si quiere pedir cita online con el cirujano plástico Juan Martínez Gutiérrez puede hacerlo aquí.
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